EN UN JARDÍN DE SUEÑOS
EN UN JARDÍN DE SUEÑOS
En un jardín de sueños
planteé una semilla de esperanza,
la regué con lágrimas de dolor
y la cuidé con la fe de mi alma.
Poco a poco fue creciendo
y floreciendo en mi corazón,
hasta que se convirtió en un árbol
que me dio sombra y protección.
De sus ramas colgué mis sueños,
y entre sus hojas me refugié,
cuando la vida me golpeaba
y no encontraba razón para seguir.
Pero el árbol nunca se secó,
ni dejó de ofrecer su amor,
siempre estuvo ahí, como un amigo fiel,
brindándome su paz y su calor.
Hoy el jardín de sueños sigue creciendo,
y con él mi esperanza y mi fe,
porque sé que, aunque la vida sea dura,
siempre habrá un lugar donde
encontrar la felicidad y la paz que busqué.
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